martes, 19 de mayo de 2015

La hora del esquite.

Hace un par de semanas estaba paseando cerca de CU por el famoso paseo de la Salmonela, escaneaba toda la zona  porque se acercaba la hora del esquite y estaba segura de encontrar algo por allá.

Encontraba todo tipo de alimentos: donas, sushi,  papas, café, tacos, tortas, helados, pizzas, incluso  libros, hay quienes dices que es un buen alimento; yo no estaba ni en modus polilla ni en modus lector, así que no me apetecían.

La lluvia inició así que tuve que comenzar a caminar rumbo al metro copilco, y  justo al dar la vuelta en la calle de la librería,  frente a ese gran restaurante que se llama Monte Kailas, encontré una mesita sospechosa con una olla de peltre encima. Le pregunté al señor 
-¿qué vende?
y todo sonriente me dijo,
-esquites.

Ya saben lo que sigue. Me abalancé sobre la olla y salí corriendo con lo que un pirata llamaría un tesoro invaluable.

Bueno, está bien, no lo hice,  ya he aprendido a civilizarme un poco; le pedí unos esquites  y me puse a hacerle la plática. El señor me dijo que viene de Topilejo, pueblo bien conocido por la feria del elote en agosto; este hecho le da un plus a sus esquites. Allá en Topilejo el maíz cacahuazintle abunda más tiempo que en otros lados. En muchos puestos venden  este grano grueso sólo pocos meses al año, por lo general como de julio a septiembre; pero este señor ya lo está vendiendo algunos días desde ahorita y es absolutamente delicioso.

El señor se pone con su olla en la calle de Filosofía y Letras, de lunes a viernes, alrededor de las 6:30 pm y se quita hasta que se le acaban.

Les debo la foto.

lunes, 18 de mayo de 2015

San Borja y Amores.

Ayer, después de posponer varias semanas la sugerencia de una buena amiga, me di una vuelta por los esquites que se ponen en San Borja y Amores y le invité unos esquites a mi bici, creo sí que le gustaron.

El señor que lo atiende es muy simpático; viene diariamente desde Santa Martha y se pone en el mismo lugar desde hace 20 años. Entre semana pone el puesto desde las 4 pm,  los domingos lo pone como a partir de las 7 pm; y todos los días se quita alrededor de las 10 pm.


Una particularidad de este puesto es que compran el elote diariamente en la central o la merced y el mismo elote que compran es el que cocinan y venden ese día, eso hace que los granos de elote estén muy tiernos y frescos, lo que sí cambia el sabor de los esquites. En mi peregrinar he encontrado lugares donde sólo los cocinan una o dos veces por semana y hay días que ya tienen un sabor y textura como de esquites pasados, así que es bueno saber que los cocinan diario y no sólo los recalientan.

Además, tiene el plus de que si uno llega muy temprano al puesto, cuando no se han cocido completamente los granos, tienen esa deliciosa consistencia que los hace como "crujir".

Tiene dos tamaños de esquites, recomiendo siempre, sin pretexto, el tamaño grande, jejeje. Tiene una marca de mayonesa que a mi en lo particular no me gustó, así que creo que para apreciar el sazón con epazote y la frescura de los granos, es mejor pedirlos sin queso y sin mayonesa. 

Su chile que pica es chile de árbol molido y el otro es piquín; sinceramente su mezcla de chile de árbol no se me hizo picosa, así que hay que ponerle bastante si a uno le gusta el sabor picoso.

Y nomás pa' terminar de recomendarlo, he de decir que el señor me vió tan emocionada con sus esquites, que me rellenó de nuevo mi vaso y terminé literalmente esquitada.