jueves, 2 de abril de 2015

Taxqueña

Hace un par de semanas pasé por taxqueña, hace mucho que no pasaba por ahí y su buen puesto de esquites. 
Por muchos años, cada viernes a media tarde pasaba por ahí para irme rumbo a la hermosura del bosque de Morelos. Algunas veces que me sobraba dinero de la semana tomaba un camión de esos que se van por la carretera libre, era un viaje de dos horas y para aguantar el hambre me compraba unos elotes o unos esquites; en eso no escatimaba, era la mejor inversión de la semana.
Cuando no me alcanzaba el dinero para el camión me iba a Parres tomando un RTP de 2 pesos y ahí tomaba un aventón o la pecera que va a Tres Marías por 5 pesos; obviamente en esta forma de irme también estaban incluídos los esquites porque Parres es un paraiso de elotes de grano grueso y el puesto de Las Güeras, ubicado cerca del último tope (donde solía pedir el aventón), me permitía echarme un atracón mientras pasaba el alma que me ayudaría a llegar a casa.

Bueno, pues esta vez no iba a tomar un camión a Cuernavaca, iba a tomar el metro en Taxqueña, pero redescubrí ese lugarcito saliendo de la terminal de autobuses, me sorprendió verlo en la misma ubicación, atrapado entre puestos de esos de chuchulucos y envolturas brillantes; el puesto está ubicado justo a la salida de la terminal que lleva a las escaleras del metro, consiste en una gran cubeta de peltre con elotes, una olla de equites caldosos y una señora de tez oscura que amablemente le da indicaciones a la gente sobre el metro, el clima y  tal o cual pecera que los llevará a su destino mientras sirve unos buenos vasos de esquites con su mitad de limón y su chile en polvo que vuela por los aires y se mezcla con el vaiven de las idas y llegadas.

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